3.10.2012

El calentón del estudiante


Llegan los exámenes y toca estudiar. Apuntes, diapositivas, libros, bolis… Menuda pesadilla. Estás sola en casa y son esos momentos en los que te pones a leer y tu cabeza empieza a divagar y apareces, de repente, en un mundo desconocido, fantasioso, empiezas a imaginarte tu mayor sueño erótico y decides ver un poco de porno. Te estás calentando. Sin que se note empiezas a frotarte por fuera del pantalón para humedecerte. Imaginas que alguien te está viendo y consigues ponerte más cachonda aún. ¿Qué tienes delante? Un boli. Abre un poco las piernas y te lo metes. Empiezas a jugar. ¿Por qué no dos? Llegas a tres y empiezas a frotar. Metes y sacas los bolis mientras te frotas el clítoris con la mano libre. Te está dando gustito así que intentas estirar el placer lo más posible hasta que coges ritmo, empiezas a frotar más, metes y sacas los bolis con más rapidez y te corres. No es suficiente. Ahora metes tus dedos, más a dentro y te acaricias los labios. Que no falte la frotación porque sigues con la euforia del anterior. Das caña para no perder la excitación y llegas. Esta vez el escalofrío te impide seguir frotando y te quedas vacía. Ahora sí puedes seguir estudiando. ¿Quién no se ha masturbado estudiando? Creo que no veré ninguna piedra…

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