3.06.2012

Él era mi profesor, yo su alumna


Él era mi profesor de historia del arte cuando estaba en bachillerato. Alto delgaducho, con un poco de melena y su barba rubia que impedía que me concentrara en clase. Llegaba pronto todos los días para sentarme en primera fila delante de su mesa y así poder tenerle cerca. Era tan interesante, culto, profesor, mayor… estaba casado y tenía una hija, pero eso le hacía más interesante, era un papito cachondo. Siempre que explicaba una diapositiva se rascaba la barba y yo no podía apartar la mirada. Solía jugar con el boli, lo pasaba por mis labios lentamente y chupaba la tapa. En clase no hacía más que imaginarme cómo nos los montábamos en su despacho, cómo me tocaba. Un día le pedí en medio de clase que me dejara ir al baño, fui, me encerré y me restregué la mano por el coño por fuera del tanga. Luego me froté el clítoris en círculos y me corrí. No fue difícil, estaba húmeda, no hacía más que pensar en cómo me lo follaba. Al final de la última evaluación me suspendió, fui la única, y me pidió que me quedara después de clase para hablar con él, que quizás con un trabajo extra podía aprobar la asignatura. Yo estaba furiosa, así que cuando se fueron todos me acerqué a la puerta y la cerré de un portazo. Le pregunté que por qué yo sola, que había estudiado y que le tenía un cariño especial que había perdido. Se acercó y me preguntó que qué tipo de cariño. Le dije que me sentía atraída por él y que si había suspendido era porque en sus clases no atendía y me dedicaba a imaginar cómo me tocaba. Se quedó en silencio y cogió unas llaves de la mesa, se acercó a mí y posando sus brazos sobre mis hombros me empotró contra la puerta y la cerró con llave. Me levantó la camiseta y me sacó un pecho por encima del sujetador. Empezó a comérmelo y a apretarlo. Con mi mano le toqué el paquete y restregué mi mano por él. Me besó el cuello y subió a la boca, me la partió. Me llevó a la mesa del profesor, me subió encima, me quitó los vaqueros y me metió los dedos mientras tocaba mis pechos por fuera de la camiseta. Me la quitó y yo me quité el sujetador. Todo esto sin parar de besarnos. Me dijo que esperara un momento y cogió un condón de su cartera, se bajó los pantalones, los calzoncillos y se lo puso. Me arrimó a la punta de la mesa y me la metió con cuidado mientras apretaba mis tetas con las manos. Cuando llegó al orgasmo se quitó el condón y se volvió a vestir mientras me dijo que esperara. Subió mis piernas a sus hombros y me empezó a besar el clítoris. Me metió la lengua por el coño y luego sus dedos. Volvió a besarme los labios del coño mientras movía su lengua y me frotaba con la mano. Me corrí como nunca y casi pego un grito pero me tapó la boca rápidamente. Cuando acabé me vestí y me dijo que no se volvería a repetir, que estaba aprobada y que no jugara de esa manera con los bolis o más de uno me encerraría en una habitación.

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