Él
es un compañero de clase, el primer día que lo vi me resultó atractivo porque
lleva un rollo rockero de tío duro que me atrae, aunque nunca me terminó de
encajar. Este año no sé por qué, pero me tiene caliente constantemente. Él es
moreno, alto, con barbita y un poco fuerte. Pero lo que más me llama la
atención es su mirada, transmite experiencia, seguridad y fuerza. Tiene 5 años
más que yo y eso también influye en el momento de ponerme cachonda, Noto que me
mira, cruzamos miradas y nos giramos rápidamente para que el otro no sepa que
lo estaba mirando. Sé que me desea. Y yo a él. Sé que tiene novia pero vive
lejos y habló de una relación abierta, por lo que no es obstáculo. Hoy se sentó
a mi lado y las mesas son muy estrechas por lo que nuestros brazos se rozaban
constantemente y su colonia de hombre me estaba poniendo húmeda. Me giré
hacia el suelo para coger mi bolso y ligeramente entreabrí mi camisa para que
pudiera ver el volumen de mis tetas. Al levantarme, mi cabeza pasó muy cerca de
la suya y aproveché para respirar profundamente. La respiración está
infravalorada. La respiración mide el grado de excitación de una persona, con
un suspiro profundo al oído puedes calentar más de lo imaginable. Saqué mi boli
y empecé a jugar con él, lo masturbé lentamente hasta que salió la tinta y
empecé a escribir. Noté que lo miraba fijamente y al preguntarle la página del
libro lo tiré disimuladamente sobre su pantalón. Lo cogí y le rocé. Sonreí y
puse cara de niña tonta. Los tíos tienen una pequeña predilección por las niñas
tontas, saben que son las más cerdas, por lo que me hago la ingenua y sigo con
la clase. Cuando la hora acabó decidí ir al baño y sentí que venía detrás de mí,
así que actué rápido y me metí en el baño de chicos. Él entró segundos más
tarde y nuevamente me hice la estúpida pero esta vez fui impulsiva y le
pregunté que si le importaba que me metiera con él en el baño. Se quedó
sorprendido, se rió, se pensaba que bromeaba, no le dejé tiempo de pensar ni
actuar y lo empujé hacia uno de los baños, cerré la puerta y le comí la boca.
Cogió mi culo con su mano y apretó con fuerza, sabía que él también quería que
eso ocurriera, así que seguí. Me despegué, le dije que callara, que no dijera
nada, me quité el bolso y me puse de rodillas. Bajé la bragueta de sus vaqueros
lentamente y le bajé el bóxer. Saqué su poya y la lamí, empecé a comérsela y a
masturbarlo con la mano derecha mientras me sujetaba en la pared con la
izquierda. Él me cogió el pelo y le miré a la cara, le estaba gustando. Empecé
a coger ritmo y me la metí entera. Seguí masturbándole mientras lamía de un lado
y de otro, se corrió. Pasé la lengua por el semen que caía y la terminé de
limpiar con un poco de papel. Me levanté y le dije no te preocupes por tu
novia, tu no has hecho nada, te he violado. Le di un beso en la mejilla y me
fui. No tuve más clase con él pero ¿¡a ver con qué me encuentro mañana!?
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